Como Entrar A Un Espacio Sagrado

En cada espacio natural que hay en el mundo – cada pequeño parque o jardín, cada bosque, desierto, playa- existen seres visibles e invisibles que lo habitan, conforman, sostienen, cuidan y guardan.

En nuestra idea de que el mundo nos pertenece, los seres humanos caminamos por él sin tener esto en consideración. Así, al igual que cuando vamos a casa de alguien llamamos al timbre o petamos en la puerta antes de entrar, eso mismo deberíamos hacer cuando nos adentramos en cualquier espacio natural.

Hacerlo es tan sencillo como detenernos en el umbral, presentarnos (si es la primera vez que vamos) y decir unas cuantas palabras en la línea de:

“Saludo al Guardián o Guardianes de este lugar y a cada ser que en él habita. Honro vuestra existencia y solicito permiso para entrar.”

Lo habitual es que se nos conceda dicho permiso, pero no des por hecho que esto será así. Hay lugares que han sido muy maltratados por el ser humano y, los seres que en el habitan, necesitan sanar antes de abrirse a la posibilidad de sentirse cómodos en nuestra presencia, por muy buenas que sean nuestras intenciones.
Si esto ocurre y te encuentras en el umbral de uno de estos espacios, respeta la voluntad de los seres que en él habitan e inténtalo en otro momento.

Es importante que empecemos a modificar la forma en la que nos comportamos y empecemos a establecer relaciones de igualdad y respeto con todos los demás seres que existen en este mundo. Aceptar que hay lugares en los que no somos bienvenidos es un primer paso para restablecer la confianza perdida.